miércoles, 27 de febrero de 2013

GOLPES TAN FUERTES

Muy pronto, publicación en abril, si Gutenberg quiere.


El detective del Zaidín, Matías Verdón, vuelve a las calles de Granada con su inseparable Desastres, esta vez, con la excusa de buscar una bomba enterrada en 1937. Se revelará entonces una sospechosa historia de hijos adúlteros y emigrantes retornados, que hinca sus orígenes en la Granada de finales de los años cincuenta, cuando las cartillas de racionamiento habían sido recientemente eliminadas y el Granada CF consiguió alcanzar la final de la Copa del Rey. Historias antiguas de maquis urbanos y amores no correspondidos, sirven en bandeja a Verdón la posibilidad de enrolarse en una aventura que viaja hacia atrás. Es el invierno del año 1988, cuando se convocó la primera huelga general contra un gobierno socialista, pero las claves están en los duros tiempos de la posguerra en Granada.

domingo, 24 de febrero de 2013

Ramón Repiso y los memes


Presentación a la lectura de Ramón repiso el 11 de febrero de 2013 en el ciclo Brillos en la azotea, de la Asociación del Diente de Oro.

El mejor efecto de mezclar amistad y poesía es vivir algunos días al año en un binomio que tan bien congenia como lo hacen las palomitas y el cine, o el café y la leche. Son esas uniones de conceptos que nos evocan matrimonios inmediatos: sucedía también con el cubalibre y el tabaco, hasta que recientes leyes impiden fumar dentro de los locales y otras, beber fuera de ellos. Nos quedan las terrazas y las azoteas.

La unidad básica de información cultural, según algunos antropólogos, se llama Meme. El meme es una suerte de metáfora del gen. Si el gen es aquello que contiene la información fundamental biológica, la que se transmite de organismo a organismo, la que supera en la práctica todos los límites del tiempo –el gen es diestramente inmortal, el organismo no-, el meme es el correspondiente en la cultura. Y los memes, como los genes, se transmiten de uno a otro individuo, y como son cultura, no precisan de trato carnal. Alguien se despierta silbando una canción, el vecino la escucha en el ascensor, y la toma y la silba para pasársela a su compañero de trabajo. El meme-canción, pongamos por caso “Así es mi Granada” de Paquito Rodríguez, se pasea por la ciudad de boca en boca, de silbido en silbido, y a saber dónde termina el día. Como el gen, el meme es un replicador, pero no se transmite solo de manera vertical, de progenitor a retoño, sino también de manera horizontal, de una persona a otra.

Hay memes que combinan entre sí creando un conjunto perdurable de memes que cualquier ser humano relaciona de manera inmediata en el ámbito de su cultura. Así sucede con las palomitas y el cine. Es más, las palomitas y el cine se refuerzan combinados con el sábado tarde y la lluvia. O, como es el caso, con la poesía y la amistad, reforzada con el ron y la madrugada. Creo que me entienden. No suele soportar este planteamiento la más endeble de las acometidas científicas, pero por ahora, nos vale, ya que cada cuál puede vivir su propia memética, más o menos fecunda, su propia relación entre esas unidades primordiales de transmisión cultural.

Como cualquier gen, los memes precisan de longevidad, fecundidad y fidelidad en la réplica. Por eso el meme que flota en el aire precisa de la memoria, ser leal a la copia. No es un juego de palabras. Meme no procede solo de Mimética, sino también de Memoria. Ramón Repiso es un gran coleccionador de memes. Es el disco duro de la memética poética de Granada. No hay canción, poema, cuaderna vía, larga retahíla o corto soneto que no resida en algún lugar del enorme almacén de memes que Ramón atesora en su red neuronal: ese gran archivo que ordena, revisa, limpia y al que da esplendor. Le he oído recitar con la misma exactitud una fábula de Gabriel Bocángel, un poema de Joan Margarit, el cuplé de una chirigota, una canción de Joaquín Sabina o un romance de Tony Leblanc. Y lo hace de manera tan natural y propia que en alguna ocasión recitó una estrofa mía y pregunté de quién eran los versos…

Aunque junto a la virtud de la memoria, reside también la mimética: Ramón puede recitar por Alberti, ser entrevistado como Paco Ayala, opinar como Enrique Morente o cantar como Loquillo. Eso sí, en la intimidad. Su memética es prodigiosa, como lo es su memoria y surge en el momento más inesperado. Valga un ejemplo: en una de aquellas noches de poesía, amistad y farra terminamos con el Maestro Morente en un garito poco recomendable para mentes despejadas y bastante proclive a espíritus ebrios. Ramón subió a la primera planta, donde estaban los servicios y tardaba demasiado en bajar. Enrique y yo subimos la escalera buscando a Ramonsiyo, que podía haberse quedado dormido o enredado con objetos maléficos, tales como cadenillas de cisterna o pestillos rebeldes. Pero no, en aquel lugar de música estridente, Ramón Repiso estaba sentado en una silla y declamaba versos del Conde de Villamediana –por ejemplo, pues mi estado de aquel momento no me permite recordar con exactitud- y un grupo de jóvenes con rastas y cigarrillos de la risa entre las manos, se apilaban a sus pies, sentados, oyendo embelesados en un silencio fuera de lugar. Eso es hacer poesía. Lo demás es tontería.

La poesía y la amistad, decía, forman un binomio de memes infalible. Para algunos. Creo que es nuestro caso. La coincidencia en ambos nos llevó a frecuentar largas noches con Javier Egea, madrugadas como la narrada con don Enrique y días enteros con Mariano Maresca. Todos ellos maestros, pues son al fin y al cabo generadores de memes, sea en epigramas, soleares o sentencias. De todos ellos aprendimos y seguimos aprendiendo, mimetizando y memorizando. Para extender memes por todos lados, en un café, en la conversación del autobús, en el muro de facebook o cuando nos dé la del alba.

Pero llega el momento en que el meme evoluciona y de un meme sale otro, sea por mutación, adaptación o innovación. Y la poesía de Ramón alcanza su madurez convirtiéndose en generatriz de memes futuros. Siempre tuve el convencimiento de que Ramón Repiso era la esperanza blanca de la poesía granadina. Ahora es una realidad, con algo menos de blancura, pero mucha más claridad. Siempre me ha sorprendido la constancia de Ramón en la elaboración de un poema. De nuestros maestros en poesía aprendimos que la depuración del verso es un ejercicio saludable. Que eliminar y tachar no es amputar, sino podar para que el mundo progrese. Pero Ramón, lo lleva a un proceso extremo, que brilla en cada composición. Escribe pocos versos, pero contundentes. Pero no solo desbroza, sino que condena buenos poemas en pos de conseguir el poema mejor. Cuando te lo da a leer aprecias cómo ha crecido el verso, pues aquel que viste hace tiempo, quizá ubicado en otra estrofa, ahora está mudado en mejor, más espigado, más certero y más fuerte. Como quien ve crecer a los hijos de los demás, y al poco tiempo te encuentras diciendo: “qué grande estás”, así ocurre con los versos y poemas de Ramón. Son pocos, son elegidos, pero siempre están más sensatos y más crecidos. La exégesis de su obra –aun escasa por tan medida y exigente- sería un ejercicio agotador. Seguro.

Queda entonces disfrutar de los versos que hoy nos ofrezca, que ayer fueron de otra manera, que hoy los considera lo bastante alimentados, que posiblemente mañana se nos presenten bajo otro nombre y otra métrica. Pero siempre más aventajados, más acordes con la decencia del poeta, preparados ya para entrar en la Biblioteca de los Memes que la Poesía prepara para el futuro.

alfonso salazar, febrero 2013


domingo, 10 de febrero de 2013

BRILLOS EN LA AZOTEA: RAMÓN REPISO


Brillos de la azotea. Ramón Repiso

Y de nuevo la poesía visita la Asociación del Diente de Oro. Esta vez un poeta y amigo de la Asociación que se prodiga poco. Irá acompañado de un querido amigo y de las vistas más bonitas de Granada (Terraza-mirador del hotel Fontecruz):


Ramón Repiso
Lunes, 11 febrero de 2013
21 horas

Presenta: Alfonso Salazar


Ramón Repiso Ruiz (Granada, 1975) cursó estudios de Filología Hispánica. Formó parte del consejo de redacción de la revista Letra Clara de la Facultad de Filosofía y Letras de Granada (1996-1999). Fue incluido en la antología Nuevas voces de la literatura en Granada (Casa de los Tiros, 1998). Ha publicado una plaquete en la colección "Cuadernos del Vigía" con el título de ...o quédate a dormir (Granada, 1999) y, junto a Andrés Neuman, ganó en 1999 el premio Federico García Lorca en su modalidad de poesía con el libro de haikusAlfileres de luz. Actualmente es profesor de Lengua Castellana y Literatura en un instituto de enseñanza secundaria.